Erik habla con su padre sobre el tema de los dos cachorritos. Este accede a que se los quede, pero con la condición de que deberá cuidarlos y educarlos; sin dejar de lado sus obligaciones, todo esto suponiendo que los lobos no muestren peligro alguno , en cuyo caso debería sacrificarlos él mismo.
Los tres amigos, deciden acudir a un vecino del pueblo especializado en educar halcones, y este accede a ayudarles con la cria de los cachorros
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